FACIES SEMIOLOGICAS
Las facies, la coloración y la forma de la cara permiten el rápido conocimiento del intelecto, ánimo y salud del paciente. La facies normal es expresiva e inteligente, atenta, con la mirada vivaz y exploradora por tono armonioso y apropiado de los músculos faciales y externos de los ojos. Muchas veces el aspecto de la expresión facial orienta hacia un determinado sistema o aparato y aun a una enfermedad; algunas facies serán señaladas por su significación médica, a continuación se describen de acuerdo con el sistema afectado.
Facies de origen nervioso
Facies parkinsoniana. Se caracteriza por inexpresión de la cara, fijeza de la mirada, falta de parpadeo, supresión de la mímica, aspecto grasoso de la cara y la boca entreabierta con sialorrea.
Facies del síndrome de Claude Bernard Horner. Producida por parálisis del simpático cervical, se caracteriza por disminución de la hendidura palpebral del lado paralizado, congestión de la conjuntiva y miosis por predominio de la acción del motor ocular común y ptosis palpebral.
Facies por parálisis facial periférica. Hay hemiatrofia facial, con pérdida de las arrugas de la frente, aumento de la hendidura palpebral, epifora, desviación del ojo y de la comisura labial hacia arriba. Debe diferenciarse de la facies que se observa en la parálisis facial central, en ella no hay compromiso de la frente, excepto en el caso extremo de la lesión bilateral del nervio facial de origen central.
Facies de risa sardónica. Se observa en el tétanos, la frente se arruga, las cejas y alas de la nariz se elevan, las comisuras labiales son atraídas hacia arriba y hacia afuera, al tiempo que los labios contracturados descubren los dientes, dibujando con la boca en conjunto una especie de risa permanente, de risa sardónica o espasmo cínico.
Facies de origen respiratorio
Facies por angina de pecho. Es pálida, refleja angustia, ansiedad y terror.
Facies por infarto del miocardio. Piel con un tinte gris plomizo —como ceniza—, se observa una expresión de terror similar a la anterior.
Facies de la insuficiencia aórtica. Color pálido de suave tinte amarillento, con las arterias temporales y carótidas animadas de amplios latidos y las mejillas con una ligera coloración rosada intermitente y sincrónica con el pulso.
Facies rubicunda. La facies rosada y aún rubicunda es habitual en el niño, a
causa de su piel fina con transparencia de la red capilar. También es normal en la emoción y en las personas expuestas al calor o a la intemperie por vasodilatación de la red capilar. Una causa importante de facies rosada, también por vasodilatación capilar, son los procesos febriles en general, hay dos importantes: facies neumónica, algo cianótica y con disnea, coloración rosada cianótica a manera de mancha, más acentuada en una de las mejillas, correspondiente al lado del pulmón enfermo por vasodilatación refleja simpática.
La escarlatina produce eritema rosado difuso, con un punteado rojizo, que sólo respeta los surcos nasogenianos, dando a la cara una facies escarlatinosa. En la poliglobulia se ve un tinte cianótico, congestión conjuntival e intensa coloración roja difusa de toda la boca, lengua, paladar y fauces.
Las eritrodermias producen color rojo en toda la piel, en general por causas alérgicas, físicas, químicas e infecciosas y por la exposición intempestiva al sol, en los primeros días de playa o campo. El alcoholismo crónico origina una facies rubicunda eritrósica, por vasodilatación de la red subcapilar; cuando es de larga data, coexiste con pequeñas telangiectasias en las mejillas, lóbulo de la nariz y de la oreja.
Facies de origen digestivo
Facies peritoneal o hipocrática. Mejillas hundidas, nariz afilada, enoftalmos y cianosis en los labios. Se ve en peritonitis aguda, con frecuencia se acompaña de signos evidentes de deshidratación.
Facies ulcerosa. Mejillas hundidas, frente arrugada, mirada brillante, temblor palpebral y midriasis.
Facies cirrótica. Conjuntivas ictéricas, rubor y telangiectasias en la frente, pómulos y dorso de la nariz.
Facies ictérica. Consiste en la coloración amarilla de la cara y de las escleróticas por aumento de la bilirrubina en sangre; se ve en ictericias hemolíticas, por retención de la bilirrubina y por obstáculo en su eliminación.
Facies de origen renal
Facies por nefritis. Se ve en la glomerulonefritis aguda por vasoconstricción y anemia, la cara abotagada, pálida y con edema palpebral.
Facies por uremia crónica. Piel amarillenta por reducción actínica de los cromógenos urinarios retenidos.
Facies acromegálica. Gran desarrollo de la nariz, maxilar inferior, arcos superciliares y cigomáticos, labios y lengua. Hay cejas pobladas y unidas por la parte interna.
Facies hipotiroidea. Facies redondeada, piel seca, pálida, mirada triste de porcino y voz arrastrada.
Facies adissoniana. Color de la piel sepia, a veces casi negro bronceado, que se extiende a la mucosa bucal y orificios naturales —recto y vagina.
Facies virilizante. En la mujer hay vello en las patillas, labio superior, mentón, a veces se puede constituir una barba de varón; se encuentra en tumores corticosuprarrenales y en el ovario.
Facies mongoloide. Ojos oblicuos, microcefalia, labios grandes, macroglosia, hipertelorismo y epicanto.
Facies cretínica. Hay nariz pequeña, frente aplanada y arrugada, hipertelorismo, ojos oblicuos, labios gruesos y entreabiertos.
Cara abotagada y cianótica, ingurgitación de las venas del cuello y de la cabeza. Se presenta por obstrucción de la vena cava superior. Facies de origen cardíaco
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